extrachino

Hay un chino que esta al pedo. Tiene una barba candado que cierra correctamente, pelo lacio y cara de dushke. Mide un metro sesenta y es robusto. Habla el castellano como el mejor argentino porque él es argentino. Es un chino argentino y se nota. No cabe en él otra posibilidad que no sea estar al pedo. Para estar al pedo en su casa prefiere ir a trabajar de extra en comerciales, que está al pedo de todos modos, pero le pagan. Cada tanto le piden que se pare acá o allá, que lea el diario, que se siente en esa reposera. Le ofrecen bronceador porque está al sol de las diez de la mañana hace ya una hora, le traen un vasito con agua. Ahora descansa.

Se lleva bien con sus compañeros de extras; los conoce a casi todos de rodajes anteriores. Son de alguna manera una comunidad. Pero lo que a él realmente le gusta es estar al pedo. "Llegué a estar 22 horas corridas en una publicidad -comenta con orgullo-. Estaba ahí, tranqui. Cada tanto me llamaban para que haga algo y a los 20 minutos me volvia a sentar".

Se prende un Marlboro, se calza las gafas y se sienta. Ni el opulento catering le quita el sueño. No, no. Cada tanto un café o agua, nada mas. Con el resto le alcanza.

Si lo que a él le gusta es estar al pedo.

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